CRISIS DE SANCOR: PONCE HABRÍA SOLICITADO INMUNIDAD PARA UN CENTENAR DE EMPLEADOS AFILIADOS
La compañía inició conversaciones con los grupos que pretenden tomar el control de sus negocios, previa concreción de un ajuste donde se cerrarían varias plantas y se despediría a un cuarto de la nómina de trabajadores.
A esta altura queda claro que la "reestructuración" -en rigor un brutal ajuste previo a la incorporación de un socio mayoritario-, se realizará de espaldas a la opinión pública sunchalense y que se irá conociendo a través de comunicaciones informales de consejeros y directivos con medios nacionales. En ese contexto, el fin de semana se filtró una información que asegura que surgieron diferencias entre los responsables de la compañía y el gremio lechero que no estaría dispuesto a tolerar el despido de al menos 500 empleados. Así lo aseguró citando fuentes anónimas el diario La Nación. En rigor, en el ámbito de los negocios de Sunchales circula desde hace unas semanas una versión que señala que el gremio habría acordado con las autoridades de la cooperativa una suerte de inmunidad para los empleados afiliados. Incluso se menciona que la organización habría entregado una lista de con centenar de "intocables" que conservarían sus empleos pase lo que pase y en la que figuran colaboradores estrechos del secretario general de la organización gremial.
Siguiendo con los eufemismos, la cooperativa y el gremio acordaron evitar la palabra "despidos" que será reemplazada por "desvinculaciones", las que no bajarían del millar, aunque la cifra definitiva surgirá de la negociación con los potenciales socios mayoritarios, dados que dependerá de la voluntad de ellos a la hora de cerrar cualquier negociación. No hace falta contar con un master en administración de empresas para entender que ningún grupo internacional se hará cargo de una compañía deficitaria comandada por un management ineficiente y sobrecostos absurdos como el aporte empresario para el gremio que llegó a rozar los 300 dólares por empleado, algo que no tiene parangón en la industria lechera a nivel global y que el gobierno nacional logró eliminar tras un conflicto de casi dos meses que empeoró la situación la cooperativa.
Según fuentes extraoficiales, la compañía ya comenzó las conversaciones con los grupos internacionales que estarían interesados con quedarse con el control del negocio, luego que esta ordene sus cuentas y concrete el ajuste necesario, desprendiéndose de varias plantas fabriles y de una cantidad importante de la nómina de empleados. En la lista figuran Lactalis (Francia) y Fonterra (Nueva Zelanda), además de Lala (México). Para llevar a cabo las negociaciones los directivos de SanCor cuentan con el aval que le otorgó la asamblea extraordinaria de productores asociados la semana última.
Empleados No Agremiados
Los empleados de SanCor saben que el futuro es incierto y después de pasar meses marcados por la inquietud, el retraso en el cobro de sus salarios y, lo más desgastante de todo, la falta total de información de las autoridades de la compañía, abren el paraguas y buscan otras alternativas laborales. Los más calificados y que no forman parte del gremio, condición que los deja fuera de la inmunidad que presuntamente se habría acordado con el secretario general Héctor Ponce, tendrían la posibilidad de reinsertarse en otras empresas de la ciudad y la región que están interesadas en sus servicios, aunque su incorporación estaría sujeta a la resolución del vínculo que los une a SanCor.
Las definiciones, en cualquier caso, recién llegarán después de los comicios legislativos del mes de octubre próximo, una de las condiciones secretas que la administración nacional impuso para otorgar el salvataje financiero para la compañía.
Fuente: Movil Quique.