"SIEMPRE DEBE GANAR RAFAELA"
Estuvieron presentes el presidente del cuerpo deliberante, Silvio Bonafede, junto a la totalidad de los ediles, funcionarios del Ejecutivo, legisladores provinciales, medios de comunicación, referentes institucionales y público en general.
Se transcribe a continuación el discurso completo del primer mandatario.
Señoras y señores concejales, querida comunidad de Rafaela:
Una vez más, nos reunimos en este recinto para compartir uno de los encuentros más importantes de la vida democrática de nuestra ciudad.
La apertura de Sesiones Ordinarias del Concejo Municipal es una instancia transcendental, porque aquí planteo, en mi rol de intendente, ante toda la ciudadanía, cuál es la situación de nuestro municipio y cuáles son los principales desafíos que prevemos afrontar durante el año.
Gobernamos desde tres fuerzas políticas diferentes: el Justicialismo en Rafaela, el Frente Progresista en la provincia de Santa Fe y la alianza Cambiemos en la República Argentina. Y esos tres espacios políticos están representados en este Concejo Municipal.
Es una distribución equilibrada de responsabilidades que nos obliga a trabajar conjuntamente por Rafaela, priorizando a los rafaelinos, sus necesidades y su futuro.
Los desafíos que afrontaremos en 2017 son múltiples y complejos, pero podemos agruparlos en tres grandes ejes: la seguridad, el cuidado del trabajo y su vínculo con la problemática social, y la continuidad de la obra pública.
Para hacerles frente partimos de una situación muy difícil. La más complicada que nos toca desde que gobernamos Rafaela.
El año 2016 nos había recibido con dos eventos meteorológicos: una de ellas dañó seriamente a pymes radicadas en el PAER, nos dio de lleno en el corazón de nuestra matriz productiva. Y el segundo temporal golpeó a la ciudad: nuestro arbolado, nuestras calles, nuestros servicios, y muchos hogares resultaron afectados.
30 millones de pesos debimos destinar a esa emergencia y sus consecuencias. Fue una gran prueba que pudimos superar. En diciembre pasado, cuando ofrecimos el balance de gestión, reconocimos ese logro con satisfacción.
Sin embargo, 2017 comenzó de un modo aún peor. Nuevamente dos temporales, más severos, arremetieron de modo implacable. Esta vez el gasto para reparar el daño alcanzará los 46 millones de pesos.
Para resolver lo más urgente, contamos con todo el esfuerzo de nuestro personal municipal y con la ayuda de numerosas instituciones, algunos concejales también colaboraron. También estuvieron presentes los dos niveles superiores del Estado, cuyo apoyo reconozco y agradezco.
Pero debo decir que desde el gobierno provincial y desde el gobierno nacional hay aún mucha deuda pendiente con la ciudad. 6,8 millones de pesos es lo que se ha destinado a Rafaela para cubrir los gastos de los temporales: no llega al 15% de lo que necesitamos.
Hay otra gran deuda. Y esta lleva mucho años: la seguridad, el tema que más nos ocupa a los rafaelinos.
Mejorar la situación depende de muchos factores: algunos inmediatos y
otros que requieren procesos más lentos, la violencia interpersonal es una de las causas, y esto nos obliga a producir cambios de fondo en nuestra sociedad.
La justicia provincial y federal, y las fuerzas de seguridad de Santa Fe y de la nación son las principales responsables de frenar el delito, de castigar a quienes los cometan y compensar a las víctimas.
Pero entiendo y acepto que el principal receptor de los reclamos sea este intendente, que las demandas recaigan personalmente en mí, porque soy el representante del nivel de gobierno más cercano a la gente.
Voy a ejemplificar la situación con unos casos tomados de esas mismas demandas, que me llegaron últimamente a través de las redes sociales.
Franco escribió: "Ayer le robaron la moto a mi mujer. Voy por la tercera cuota y me faltan nueve todavía. La usábamos para llevar a mi hija a la escuela, para ir al médico y para trabajar. Para qué tanto sacrificio, de qué sirve ser honrado y pagar impuestos si vienen y te sacan lo que es tuyo? En un segundo te cambian la vida, porque la moto nos servía mucho. Haga algo por la inseguridad, Castellano. No podemos vivir así".
Noelia escribió: "Señor intendente: ayer volví a casa de trabajar y me encontré con una sorpresa que saca las ganas de seguir. Me entraron a robar el departamento. Se llevaron muchas cosas. Se tomaron su tiempo.
Hacen lo suyo muy tranquilos. Tienen total impunidad. Me contacté con otros que también fueron robados y me dijeron que ni me tome la molestia de denunciar porque es lo mismo que nada. Estamos en manos de ellos. No me queda otra que rezar para que no vuelvan".
Podría seguir interminablemente. Y en muchos de esos mensajes resuena una palabra muy grave: "impunidad".
En 2016 el municipio destinó más de 21 millones de pesos en prevención, y en 2017 ampliamos el presupuesto a más de 28 millones.
Es dinero de todos nosotros, de todos los rafaelinos, para prevenir en seguridad. Es lo invertido en Guardia Urbana, en cámaras, en acciones de protección comunitaria.
Y en estas sumas no se incluyen obras como iluminación, mejoramiento de espacios públicos ni toda la inversión en desarrollo humano y social, que también hacen a la prevención. En ese caso el monto sería varias veces millonario.
Y no se incluyen otros gastos, como por ejemplo estos:
Hemos puesto a disposición un local para que pueda trabajar la Policía Comunitaria en el norte de la ciudad, con fondos nuestros.
Estamos pagando otro alquiler para la Unidad Especial de Gendarmería que trabaja junto con el Juzgado Federal, para que tenga también su lugar de trabajo.
210 mil pesos al año destimamos para pagar adicionales de policía enfrente de un destacamento.
El convenio firmado entre el gobierno nacional y provincial, establece que la nación se haga cargo de los gastos de permanencia de los gendarmes que vinieron en los últimos meses. Esos gendarmes, al final se fueron, los gastos no fueron cubiertos y el municipio tiene ahora una deuda de 380 mil pesos de alquiler. Estoy por elevar una ordenanza al Concejo para que me autoricen ese pago.
Los rafaelinos somos maltratados por la inseguridad en las calles y en nuestras casas, pero también somos maltratados a nivel político.
Queda más que claro que trabajamos por la seguridad y tenemos toda la voluntad. Ponemos hasta lo que no tendríamos que poner. ¿Qué más tenemos que hacer?
El ministro de Seguridad de la provincia, Maximiliano Pullaro, se enojó porque aquí en Rafaela les decimos las cosas que hacemos y pensamos y cuáles son los déficits en seguridad y la ausencia de un plan de seguridad para la ciudad, y hace tiempo que no visita la ciudad.
Debo reconocer la voluntad del subsecretario de Investigaciones Criminales y Policías Especiales, Rolango Galfrascoli, que vino a nuestra ciudad días pasados, y ya vimos nuevos allanamientos.
Gracias a nuestros operativos de tránsito pudimos restituir 25 motos robadas. Es decir que a partir de una medida preventiva, hacemos un aporte a la Justicia.
Con mi equipo de trabajo llegamos a las víctimas que nos informan sus casos. Estamos atendiendo alrededor de cien por mes. A todos y cada uno tratamos personalmente, con contención y asesoramiento. Y sabemos que hay muchos más de los que no nos enteramos porque no se denuncian o no se informan. Y esa es otra deuda: el gobierno provincial no brinda datos oficiales sobre el delito, cuando sabemos que la información es la base de la acción.
Puedo asegurarles que el principal dolor que nos transmiten esas víctimas, más allá de las pérdidas materiales y el susto, es la desilusión.
Desilusión frente a un Estado que no garantiza derechos, que se olvida de las personas. Desilusión frente a la política, y desilusión frente a los políticos. Y aquí estamos incluidos todos, nosotros y también ustedes, señoras y señores concejales, ustedes y sus respectivos espacios políticos. Que nadie se haga el distraído.
Lo que se decide a nivel nacional en materia económica, tiene repercusión directa donde vive la gente: aquí, en las ciudades, en nuestros barrios, en cada uno de nuestros hogares.
La inflación, el ajuste de tarifas de servicios, la crisis agropecuaria con las inundaciones, hicieron caer fuertemente el consumo, situación que impacta en el empleo y en nuevas inversiones del sector productivo, que a su vez se ve afectado por el aumento en el costo de los insumos y la apertura de las importaciones, entre otras medidas que no parecen ir a favor de la esperada reactivación productiva.
Según nuestro relevamiento a partir del Derecho de Registro e Inspección, en 2016, el consumo de alimentos y bebidas descendió en Rafaela un promedio del 13,27%. Las ventas de indumentaria registraron una baja en promedio del 18,9%. Estoy hablando solamente de las necesidades básicas, impostergables: comer y vestirse.
Los permisos de construcción cayeron en un promedio del 14,19%, y aquí estamos hablando de un rubro que es un gran generador y diversificador de empleo.
Los ingresos por DREI, que es el tributo que mide la actividad económica en la ciudad, se vieron retrasados en relación a la inflación medida por el INDEC, en un 15%. En definitiva, menos ingresos para el municipio.
No hace falta aclarar que no puede un municipio definir políticas nacionales, ni plantear soluciones de base a problemáticas económicas, pero como responsables de los destinos de Rafaela y de los rafaelinos, y asumiendo nuestra cercanía con nuestros empresarios, con nuestros productores y trabajadores, seguiremos profundizando nuestra política de apoyo y acompañamiento a esos sectores.
En 2017 tenemos previsto llegar a más de 1000 emprendedores con programas como Rafaela Emprende, Rafaela Exporta, Mi Negocio en mi Barrio.
Continuaremos ayudando a quienes quieren trabajar y tienen ideas, para que sigan desarrollándose a pesar de la crisis, para que diversifiquen la economía local y barrial, y para que generen más empleo si sus proyectos logran crecer. Casi 18 millones de pesos hemos presupuestado para estas acciones.
Vamos a potenciar todos los programas de formación y capacitación en oficios, centrándolos en la juventud, porque sabemos que el primer empleo es uno de los desafíos más difíciles, sobre todo para las mujeres.
En la misma línea, con el programa de becas para estudiantes de todos los niveles y el programa de Inclusión Educativa, apuntamos a ampliar el horizonte de expectativas para el trabajo. Porque sabemos que la escolaridad es el punto de partida para la obtención de empleo digno.
También trabajaremos junto a los docentes en problemáticas a las que no llegan otros niveles del estado, como la violencia y el bullying. De nuestras escuelas deben salir no solamente personas formadas, sino también mejores personas.
En un relevamiento que efectuamos el año pasado, encontramos que la principal falencia de los estudiantes está en la lectura y la escritura. Allí centraremos también nuestros esfuerzos, no dejaremos solos a nuestros docentes. Muchos de nuestros chicos tienen dificultades para expresarse, y allí donde se ausenta la palabra, reina el abuso y la injusticia. 47 millones de pesos tenemos previsto invertir en diferentes programas de apoyo a la educación.
Otras políticas que asumimos para mitigar las consecuencias de la crisis son las que atañen al desarrollo humano, que se ve vulnerado por la situación económica. Alrededor de 93 millones de pesos destinaremos este año a diversos programas vinculados con el desarrollo social (donde aumentamos lo presupuestado en un tercio respecto del año pasado). Seguiremos brindando facilidades para el acceso al suelo y a la vivienda, continuaremos promoviendo el deporte, las actividades formativas vinculadas con la cultura, con la recreación, y con la participación ciudadana.
En el mismo sentido, daremos también un importante impulso a la salud pública. Aprovecharemos una herramienta única en nuestro país: nuestro nuevo ómnibus sanitario, que recorrerá todos los barrios.
La Subsecretaría de Salud recorrerá la ciudad. Estará cerca de quienes más la necesitan, principalmente adultos mayores, que es uno de los grandes sectores con alta vulnerabilidad. Más de 20 millones de pesos invertiremos este año en atención primaria de la salud.
Otro factor de suma importancia en la generación de empleo es la obra pública. Por eso vamos a dar continuidad a las obras en marcha, tanto las que se realizan con fondos exclusivamente locales como aquellos en los que concurren aportes de los gobiernos provincial y nacional.
Con fondos locales estamos llevando adelante el plan de readoquinado y un plan integral de bacheo como consecuencia del deterioro causado por las tormentas (solo en 2016 reparamos 343 cuadras, y tenemos pensado concretar una cantidad similar este año). También continuamos con las obras de desagües, como el de calle Tucumán, y el entubado en barrio Martín Fierro; las lagunas de retardo en el suroeste; la extensión de la iluminación urbana, como la que recientemente iniciamos en avenida Estanislao del Campo.
Vamos a iniciar las dos obras del Presupuesto Ciudadano Urbano que tenemos pendientes: la remodelación de avenida Ernesto Salva y la refuncionalización del galpón del Nuevo Central Argentino. De igual modo, vamos a recuperar uno de nuestros símbolos ciudadanos destruido por una de las tormentas: tendremos un nuevo mástil en el centro de la ciudad; ya estamos trabajando en un proyecto que verá este año su concreción.
Más allá de lo que podemos hacer con fondos locales, hay obras cuya envergadura demanda de los aportes de los gobiernos provincial y la nacional. Debo reconocer, en este sentido, importantes avances:
La pavimentación de avenidas Vieytes y Marchini, y de avenida Italia sigue en marcha; esta última arteria ya casi finalizada. Una gran obra que además del pavimento incluye desagües, iluminación, parquización, estacionamientos. Una obra iniciada conjuntamente con el anterior gobierno nacional y que la actual administración decidió continuar, lo que habla de la confianza puesta en nuestro municipio.
De igual manera, continúa la pavimentación de Gabriel Maggi, con fondos nacionales, un avance estratégico que beneficia directamente a cinco barrios del norte de la ciudad: San José, Mora, Italia, Barranquitas y Fasoli.
Próximamente elevaré a este Concejo el proyecto de ordenanza para dar comienzo a la obra de saneamiento cloacal para tres barrios del sur: Villa Los Álamos, Brigadier López y Villa Aero Club.
Hace pocos días, y luego de años de gestiones, el gobierno provincial licitó la obra de entubado del canal Norte, y lo mismo hizo con la obra de desvío de tránsito pesado. Obras estratégicas, largamente reclamadas, que finalmente se concretarán.
De igual manera, esperamos que en poco tiempo más el gobierno provincial concluya la planta de ósmosis inversa en el norte, y lleve adelante definitivamente un plan de instalación masiva de micromedidores. El tema de la falta de agua es grave, como sabemos, y a ello me referiré especialmente más adelante.
Continúa con decidido avance la construcción del Hospital de Alta Complejidad, para el cual hemos cedido terrenos municipales.
Y por otra parte, a través del Instituto Municipal de la Vivienda, continuaremos trabajando conjuntamente con el gobierno de Santa Fe y con el gobierno nacional, en acercar soluciones habitacionales a través de diversos programas.
Más allá de la continuidad que logramos en obras estratégicas con el gobierno nacional, hay deudas pendientes, como la del Centro de Prevención Local de Adicciones, una iniciativa clave en el combate contra las adicciones. La obra avanza a un ritmo demasiado lento (solo dos personas trabajan en la obra, porque no llegan los fondos), y necesitamos que se finalice para que los equipos del CEPLA cumplan su misión con toda su potencialidad.
También debo señalar que hemos presentado nuevos proyectos ante el gobierno nacional, hace ya cuatro meses. Proyectos evaluados y aprobados técnicamente, sobre los que no hemos vuelto a tener novedades, a pesar de nuestras insistencias, como por ejemplo el plan de saneamiento cloacal para el sector norte, que incluye barrios del norte y la nueva urbanización de Mi Tierra Mi Casa.
Finalmente, en lo que a obra pública respecta, debo detenerme una vez más en el acueducto. Hemos contabilizado alrededor de 60 titulares periodísticos que referían al inicio, e incluso al avance de su construcción. Noticias con diferentes argumentaciones y explicaciones, hasta vimos fotos en las que aparecen el exgobernador, funcionarios provinciales y algunos de los concejales aquí presentes, haciendo recorrida de una obra que todavía ni siquiera está licitada. Si ayer mismo, el ministro de Hacienda brindó precisiones de cómo será la licitación.
Ya basta. No más anuncios. Señor gobernador Miguel Lifschitz, le pido que de una buena vez por todas licite el acueducto para la ciudad de Rafaela, y lo ponga en marcha.
Señoras y señores concejales:
Estamos en un año electoral que nos pondrá a prueba para demostrar si hemos aprendido cómo debe ser honrada la democracia.
No olvidemos que si al gobierno nacional le va mal, nos va mal a nosotros, los argentinos; si al gobierno provincial le va mal, nos va mal a nosotros, porque somos santafesinos; y si al gobierno local le va mal, también nos va a ir mal a nosotros, que somos rafaelinos. Es una lógica muy clara: perdemos siempre.
Y no debemos perder, Rafaela no puede perder. Santa Fe y la Argentina tampoco pueden perder. Por eso sostengo que en la campaña electoral habrá ideas y pensamientos divergentes, habrá debates, habrá discusiones, nos harán reclamos y haremos reclamos, que son necesarios, que son productivos, si no perdemos de vista que siempre debe ganar Rafaela.
Para ello apelo a la responsabilidad, la buena voluntad y la generosidad de todos. El año electoral debe ser una oportunidad, no un oportunismo.
Hay mucha gimnasia en este Concejo para señalar lo que mi equipo de gobierno debe mejorar en tránsito, en alumbrado, en limpieza, en espacios públicos, en servicios, en transporte y en todo lo que tenga que ver con las responsabilidades locales. Son críticas que escuchamos atentamente, porque nos corresponde hacerlo, y reconocemos todos nuestros errores y falencias, porque los tenemos, por supuesto que los tenemos, y buscamos siempre superarlos.
Sin embargo, debo decir que no percibo en este Concejo la misma indignación, ni el mismo entusiasmo, ni el mismo énfasis para señalar (ni para gestionar) frente a aquellos problemas que también repercuten en Rafaela y afectan a los rafaelinos, pero que tienen que ver con deudas o fallas del gobierno provincial o del gobierno nacional.
Las dificultades que se avizoran para este año nos obligan a poner más atención que nunca en detectar y en defender las prioridades de Rafaela, en focalizarnos en lo impostergable y en lo indispensable.
Sin embargo, en medio de ese panorama, también seguiremos asumiendo el desafío de proyectarnos hacia el futuro, para construir para nuestros hijos una ciudad mejor, porque somos rafaelinos y así hacemos nosotros las cosas: para adelante.
Ninguna de las dificultades que planteé en este mensaje puede impedir la construcción del puente hacia la Rafaela de los 150 años. Ya estamos construyendo los cimientos, los pilares de ese puente que proyectará a nuestra ciudad y a nuestra región hacia una posición líder en la Argentina.
Contamos en nuestra ciudad con una reconocida tradición en planificación estratégica. El último avance es el Plan Rafaela Productiva 2020, cuyas conclusiones presentaremos próximamente, y es a su vez la plataforma para lanzarnos hacia el 2031, cuando nuestra ciudad alcance el siglo y medio de vida.
El Centro Tecnológico de Rafaela, que gestionamos con el gobierno nacional anterior y que comenzamos a concretar con la actual administración, es clave en este proceso.
Próximamente comenzarán a funcionar las máquinas que ayudarán a nuestras pymes a tener mayor competitividad en los mercados internacionales cada vez más exigentes. Se trata de una impresora 3D en polímeros y plásticos, una impresora 3D en metal y un tomógrafo para analizar las piezas por dentro.
Cuando se concluya el edificio, el CENTEC será un espacio de desarrollo e innovación único en Latinoamérica, que pondrá a Rafaela en el centro del escenario tecnológico de la Argentina.
Recientemente hemos presentado en este Concejo un proyecto urbanístico integral para transformar un sector de la ciudad, y que incluye la construcción del campus universitario de la UNRA, la Universidad Nacional de Rafaela.
Se trata de un plan muy ambicioso que vinculará los barrios del oeste de la ciudad y aumentará la cantidad de terrenos disponibles para urbanizar, y que además del campus contendrá alternativas recreativas y deportivas, con una mirada extendida al desarrollo regional.
No es casual que el año pasado hayamos creado el Área Metropolitana Gran Rafaela, junto con comunas de la zona, y en el marco de una muy oportuna ley provincial que nos habilita a trabajar con esta nueva mirada.
Una nueva mirada que también se toma muy en serio el desarrollo sustentable. Contamos con un Complejo Ambiental que es referente en el país. Allí hay emprendimientos verdes, empresas que utilizan como materia prima para la producción, aquello que desechamos.
Allí trabajan personas agrupadas en cooperativas. Es un nuevo paradigma de trabajo y producción clave para el futuro, tanto de la ciudad como del planeta, nuestra Casa Común. Desde nuestro lugar, estamos aportando para garantizar la vida para las próximas generaciones.
La nueva concepción sobre la transparencia en la gestión de gobierno también es un pilar de ese puente hacia el futuro.
Firmamos con el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento, el CIPPEC, un convenio para aplicar aquí, en Rafaela, como primera experiencia en toda la Argentina, un proceso completamente novedoso e innovador sobre el control de la acción de gobierno. Es una opción superadora en la que hacemos partícipe a la comunidad, y en que la política no controla a la política, sino que la ciudadanía misma, por intermedio de las instituciones no gubernamentales, ejerce esa evaluación.
En la construcción del puente hacia el futuro, el rol de los jóvenes es fundamental. Ya no se trata de pensar en ellos o para ellos, como si fueran meros destinatarios de políticas y de programas. La clave es pensar con ustedes, hacer y aprender con ustedes.
Innovemos, seamos creativos, superémonos día a día. Diferenciémonos de las formas acostumbradas de hacer política y de gestionar. Marquemos la diferencia. Con honestidad, con generosidad, y priorizando siempre a Rafaela y a los rafaelinos.
No nos conformemos, no nos resguardemos en la comodidad de lo que siempre se hizo de la misma manera.
En el mundo en que vivimos, mantenerse en el mismo lugar es retroceder.
No esperemos UN futuro para Rafaela; hagamos EL futuro que queremos para Rafaela.
No es fácil, nunca fue fácil. A Rafaela nunca le vino nada de arriba. Detrás de cada logro hay esfuerzo, trabajo, compromiso y aprendizaje. Hay experiencia, hay saber hacer.
¿Falta? Por supuesto que falta. La aparición de nuevos desafíos es natural en el desarrollo de una ciudad que no quiere detenerse. A los problemas actuales sumamos ahora las demandas del futuro. Miramos hacia esos 150 años a los que nos dirigimos con entusiasmo, con la fe puesta en nuestro potencial como ciudad. Contamos con el recurso más valioso: nuestra gente.
Con esta buena fe, que espero que todos compartamos, dejo inaugurado el período 2017 de Sesiones Ordinarias del Concejo Municipal de la Ciudad de Rafaela.