El Instituto para el Desarrollo Sustentable de la Municipalidad de Rafaela continúa destacando las buenas prácticas ambientales que se realizan en la ciudad, en este segmento que se denomina Vecinos Destacados. En esta oportunidad se reconoce al Círculo Rafaelino de Rugby (CRAR) y a los ciudadanos que colaboraron con su aporte para que la institución lleve adelante su plan forestal que incluyó la plantación de 105 árboles de diversas especies. “Esta iniciativa permite que quienes vienen al club, disfruten de actividades deportivas en un marco más natural y sustentable” señala Omar Operto, uno de los fundadores del club.

El CRAR es una institución de la ciudad de Rafaela que tiene 38 años, cuenta con 700 socios y ofrece un espacio recreativo donde más de 500 niños, niñas, jóvenes y adultos practican rugby y hockey, acompañados por sus familias. Considerando la importancia del arbolado y el cuidado del ambiente, y retomando nuevamente el plan de forestación que el club tiene en su agenda de prioridades, este año lanzaron una campaña denominada “Crar más verde que nunca” motivando a las familias que integran la institución, socios y allegados al club, a colaborar para solventar los costos del forestal 2019.

El total de lo recaudado en la campaña superó los cuarenta mil pesos, y permitió ejecutar el plan en su totalidad. “Gracias al aporte de todos los que participaron en la iniciativa, se plantaron ciento cinco nuevos árboles de diversas especies en las canchas y en el sector del parque” señala Omar, y agrega “se plantaron fresnos, lapachos, moras y olmos, y también se intervino el centenario olivo, que es un ícono de la institución, con poda correctiva y sellado de cortes, asesorados por Marcelo Torres de La Rioja”.

Cuando destacamos esta conciencia verde instalada en la institución, el rafaelino cuenta que forma parte de la historia del CRAR “en los comienzos dirigentes y jugadores fueron logrando transformar lo que era una fracción de campo en situación de abandono, con viejas y precarias instalaciones, en lo que es hoy el club. Se limpió la superficie de las seis hectáreas, se extrajeron especies secas y rotas, se niveló el terreno y se comenzó la forestación” y destaca “en el transcurso de tres años se habían logrado plantar quinientos ejemplares de lambertianas en todo el perímetro y así se comenzó a dar forma a lo que hoy son los parques”.

Para terminar, contó otras acciones sustentables que se realizan en la institución, y expresó que fundamentalmente tratan de fomentar el compromiso con el entorno natural y la responsabilidad por el cuidado del espacio compartido. Y que también hacen su aporte al ahorro energético, utilizando el colector solar para el calentamiento de agua de uso sanitario.