UN 13 DE ENERO, HACE 110 AÑOS.
El inicio
Rafaela era aún un pequeño poblado de aproximadamente unos 5.000 habitantes y de infinitos baldíos y caseríos dispersos. Los rafaelinos no constituían un pueblo más de los tantos que se fueron levantando por las tierras de don Guillermo Lehmann.
Rafaela ya era una verdadera perla en el oeste santafesino, tenía su iglesia, su policía, Registro Civil, el Banco de La Nación Argentina había abierto una sucursal. Dos grandes molinos producían harina, los gringos que desarrollaban la agricultura y la ganadería ya habían fundado la Sociedad Rural, existía un gran almacén céntrico de ramos generales. No faltaban las vías ferroviarias, el pueblo contaba con panadería, herrería, carpintería, colegio educativo, médicos, un periódico llamado Tribuna Libre, una banda de música que sonaba en las fiestas patrias. Existían varios clubes sociales como el Club Social de Rafaela, el Club Ciclista, el Club 9 de Julio, el Club Rafaelino y la Sociedad Italiana, que contaba con una sala para espectáculos. Había trabajo, comercio, industria y cultura.
El deporte se limitaba al juego de las bochas en medio de las calles de tierra, carreras de caballos o de sulky y el fútbol, ese juguete que nos habían traído los ingleses y que recién estábamos aprendiendo a dominar como si fuera una nueva lengua.
El balompié estaba despertando en la Argentina, la pelota rodaba a lo largo y a lo ancho de uno y otro campito con pibes y grandulones que se juntaban para correr tras una redonda de trapo, una vejiga de vaca o una pelota de tiento no tan fácil de conseguir.
Los primeros pasos del fútbol rafaelino se dieron en el patio del Colegio Sala, donde se tenían ya nociones del juego por haber muchos alumnos que habían sido pupilos en establecimientos de origen ingles. Según contaban diarios y revistas de la época, los colonos practicaban de manera rudimentaria, con poca noción del juego, pero mucho entusiasmo, lo que en 20 años más sería una irracional pasión de multitudes, el fútbol.
En un banco de la plaza
En un banco de la plaza central de Rafaela, con apenas 22 años, Eduardo Ripamonti, le propinó una vez más y de manera insistente la inquietud a un grupo de amigos sobre la posibilidad de fundar un club, una idea que ya venía formando parte de otras conversaciones. A su lado se encontraban entre otros, Delfín Faraudello, Virgilio Fanti, Atilio Brambilla y Ramón Febrer.
La muchachada, para no darle más vueltas al asunto, decidió trasladarse a la carpintería de don Juan Scossiroli y allí, sobre un banco de madera vieja, se empezaron a escribir las invitaciones para convocar a amigos y conocidos a una reunión que tendría carácter de asamblea donde se expondría la idea de fundar un club.
El 13 de enero de 1907, un puñado de hombres muy jóvenes dio a conocer el propósito de la asamblea que presidía Atilio Brambilla y luego de presentar e ingeniar el modelo, por unanimidad aprobaron constituir una entidad deportiva para la práctica del fútbol. En ese momento nació Atlético de Rafaela, eran las cinco de la tarde; pero en realidad nacía una criatura sin identidad, ya que pasarían algunos días para bautizarlo con un nombre.
El 13 de enero se formó la primera Comisión Directiva del nuevo club y el primer Presidente sería Eduardo Ripamonti.
El acta número uno
El día trece de enero del año mil novecientos siete, reunidos los al margen nombrados en Asamblea General, con el objetivo de fundar un club Atlético para dedicarse al juego del “Foot Ball” y bajo la presidencia de Atilio Brambilla, queda abierta la sesión a las cinco de la tarde, y a moción del mismo se pasa a votar para la conformación de la Comisión Directiva que deba presidir dicha sociedad, quedando formada por unanimidad de votos en la forma siguiente: Presidente: Eduardo Ripamonti. Vice Presidente: José Scossirolli. Secretario: Atilio Brambilla. Pro Secretario: Virgilio Fanti. Tesorero: Alberto Santucci. Consejeros vocales: Máximo Ghioni (hijo) y Ramón Febrer. Presidente Honorario: Antonio Vivanco. Consejero Honorario: Bruno E Zaballa. Vocales Suplentes: José Dardati y Enrique Riondet. Cuyos cargos fueron aceptados.
De común acuerdo se dio poderes amplios a esta Comisión para que llevase a cabo todos aquellos trabajos que fueran convenientes para la buena marcha de la sociedad, como ser: formación del Estatuto y Reglamentos, formación de Field, etc. Conforme a lo expresado, se levanta la sesión siendo las seis y media de la tarde.
En el pie de la primera acta puede observarse un sello que dice Club Atlético Argentino de Rafaela, el mismo fue colocado semanas después de haber labrado la escritura con la que concluyó la Asamblea General del 13 de enero de 1907.
Atlético de Rafaela, tu grato nombre
No se conoce por qué razón no se estableció de manera inicial el nombre que llevaría la entidad fundada. Algunos sostienen como probabilidad que las opiniones al respecto discrepaban y que se optó entonces por no obrar con apresuramiento y dejar para más adelante esa discusión, ya que por sobre el nombre del club privaban otros intereses.
El 9 de febrero de 1907 la Comisión Directiva convoca a una nueva Asamblea. Y antes que el nombre del club, vuelven a preponderar otras cuestiones como, por ejemplo, los colores de la casaca. El presidente Eduardo Ripamonti propone que el uniforme esté compuesto por: casaca con rayas horizontales de color azul y blanco, pantalones blancos y medias negras. Se aprueba la idea del hombre con mayor autoridad.
Y por fin, luego de establecerse las características de las divisas, se adopta para la institución la denominación de: Club Atlético Argentino de Rafaela.
El nombre se fue puliendo en los primeros años de vida, los lugareños y los hinchas que seguían al equipo se acostumbraron a utilizar sólo Atlético y en las salidas para competir en lugares aledaños con otros clubes de la zona y la provincia empezó a ser el Atlético de Rafaela.
Hasta el 4 de mayo de 1909 todas las actas muestran intacta la identidad, Club Atlético Argentino de Rafaela, incluso en 1910 se crea el escudo de la institución diseñado por Eduardo Chiarella, artista que por su obra recibió el pago de 30 pesos.
En el acta del 20 de enero de 1914 aparece por primera vez Club Atlético de Rafaela, sin “Argentino”.
El 3 de mayo de 1915 se aprueba modificar el artículo 1º de los estatutos donde se constituye una sociedad atlética bajo la denominación Club Atlético de Rafaela. Los colores de la casaca serán azul claro y blanco con líneas verticales de 5 centímetros de ancho.
Asociación mutal
El 25 de febrero de 1988 el Club Atlético de Rafaela cambia su denominación forma jurídica, de asociación civil para a ser una entidad mutual y desde ese momento su denominación es Asociación Mutual Social y Deportiva Atlético de Rafaela.
¡Feliz cumple Atlético de Rafaela!