"Se terminó la Selección para mí. Es una decisión tomada", esa fue la frase que esbozó Lionel Messi, el 26 de junio tras perder la final de la Copa América Centenario por penales contra Chile, y que sacudió por completo al mundo del fútbol. La Pulga sintió el golpe de caer en su tercera definición con la Albiceleste de manera consecutiva (antes, contra Alemania en Brasil 2014 y ante la Roja en 2015) y decidió dar un paso al costado.

Tras este sacudón, el rosarino se recluyó con su familia en sus vacaciones en Bahamas e Ibiza. El resto del plantel se lamentó por su decisión, pero la respetó y decidió no presionar al astro, algo que terminó siendo clave para no sentirse ahogado y agudizar el cuadro de situación.

El tiempo y estar con sus seres queridos terminaron siendo claves para que Messi, de a poco, vaya sanando sus heridas y se vaya cargando de sed de revancha, para de por una vez por todas poder sacarse esa espina clavada que tiene con la Selección (sólo pudo conseguir un Mundial Sub 20 y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos).

Y el Patón Bauza también contribuyó, al aplicar unas medidas y justas declaraciones, las cuales cayeron bien en los allegados al hombre del Barcelona. "Quiero ir a verlo y tener una charla de fútbol. Imagino una Selección con él", sostuvo el ahora estratega del combinado nacional. Con sus dichos, el DT le abrió la puerta al diálogo, y también le hizo un mimo al avisarle que lo quiere sí o sí. Es más, también reconoció que le respetará la capitanía.

El entrenador será presentado hoy, en el predio que AFA tiene en Ezeiza, de manera oficial y volverá a remarcar su pensamiento. Pero, la semana que viene, podría ser clave, ya que viajará a Europa para ver a Messi y en ese cónclave podría recibir la noticia que tanto espera: el regreso del 10.

De ser así, no sería descabellado que diga presente en los próximos choques por las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a Rusia 2018: el 1 de septiembre, contra Uruguay en Mendoza y el 6, visitando a Venezuela.