La justicia determinó con un nuevo fallo que Karen Ñañez, la asesina de María Fernanda Chicco, a quien la justicia en primera instancia la había condenado a solo 7 años de prisión, luego haya recuperado la libertad a tal punto de llevar una vida absolutamente normal, deberá volver a la cárcel. 

En su momento la fiscal de la causa, la Dra María Alejandra Politti, había solicitado 19 años de prisión efectiva para la joven asesina, por haberla encontrado como autora de la muerte de María Fernanda Chicco en la ciudad de Ceres en el mes de febrero de 2015.

Se supo, en las últimas horas que la fiscal de la causa, presentó el escrito de apelación en relación a la decisión adoptada por la Jueza de Menores de nuestra ciudad, Dra Laura Lencinas quien condenó a siete años de prisión por homicidio agravado por alevosía a Karen Ñañez.

La Dra. María Alejandra Politti había solicitado una pena de 19 años de prisión por lo que interpuso un recurso de apelación y serán los magistrados de segunda instancia, los que deberán determinar si confirman la sentencia de la Dra Lencinas; o como pretende la fiscalía y los padres de María Fernanda, elevar considerablemente esa cantidad de años.

Cabe destacar que los abogados de Ñañez habían pedido la absolución de su defendida.

El caso

La víctima tenía 18 años. Estudiaba cine en Córdoba y aprovechó el fin de semana del carnaval 2015 para visitar sus pagos. No sabía que ese iba a ser su último viaje. La trampa fue en las afueras de Ceres, sobre la ruta nacional 34. La buscaron durante 48 horas. Estaban todos desesperados. Hasta que un llamado alertó sobre un cuerpo entre las maderas en un depósito. Era ella.

Una foto en el Instagram de la agresora despertó sospechas sobre la premeditación del ataque. "Acá vas a terminar", decía el posteo que había subido meses atrás. Y avala la versión de que uso guantes de cocina para el ataque. Antes las adolescentes habían tenido cruces. Celos y envidia. La una de la otra. Nada parecía grave. Sólo un amor en común.

La condena social

En estos años donde Karen intentaba hacer vida normal, fue la sociedad, no solo de Ceres, quién condenaba a Ñañez. Karen se iba cambiando de nombre, de looks, pero siempre alguien la descubría y hacía que su vida no fuera todo color de rosas. Las expulsiones de lugares sociales como clubes, los despidos de trabajos en los cuales había ingresado Ñañez y un pedido repetitivo de una condena firme fueron algunos de ellos ejemplos que hoy, cumplen su cometido.

Redacción Portal Vos/ eldepartamental.com